Los átomos que acá se coligan
por no sé qué clave centrípeta
en alguna disputa eterna
a lo que dispersa. Evasión
del big bang interno
que desde lo ínfimo hace
universos y tensa las partículas
hasta el fantasma del ión. Su ser no
me duplica, me implica. Perseveramos
vía un gregarismo elemental. Yo es
una irresponsable. O, al menos, no
su soberana. De sujeciones, el último gesto
nos peregrina a esta orilla. Vinimos
a salpicarnos de naufragio, que
no quedan puertos, que la succión
oceánica no tiene centro.
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