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Una disciplina se disfruta
sentada sola, erguida frente
al arroz. Tres luces
no titilan. La cumbia
del mercado se desgrana
entre el raudal de insectos
haciendo sonar sus patas,
sus alas. Mis manos callan
sus aceros, se dilatan
anaranjadas como frutos.
2 comentarios:
extraño volver a leerte.
A mi siempre me gusta este!!! mar
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